Según las profecías, estamos en una temporada única en la historia. Después de 1900 años el escenario global está preparado para que todo lo anunciado por los profetas, Jesús y los apóstoles pueda cumplirse con la misma literalidad que se cumplieron las cosas anunciadas para la primera venida del Hijo de Dios.

 

Luego de casi dos milenios, Israel volvió a estar en su tierra, Jerusalén es el centro de atención de las naciones, y el mapa geopolítico está tomando la forma que Daniel y Ezequiel profetizaron que tendría en la última hora.

 

Jesús y Pablo fueron enfáticos en que sería imperioso, para la generación que se encuentre en la tierra previo al regreso glorioso de Jesús, estar preparados para atravesar en victoria las dinámicas venideras y guardar la fe hasta el final.

 

Jesús dijo que nunca se vio un período como este en la historia (Mt. 24:21), y que en esa temporada muchos seguidores suyos serían engañados, perderían la fe, se les enfriaría el amor y terminarían entregando a otros cristianos (Mt. 24:9-12).

 

Pablo advirtió que el que crea estar firme, preste mucha atención de no caer, porque se avecina una gran apostasía (2 Ts. 2:3; 1 Ti. 4:1). 

 

Más de cincuenta veces, el Nuevo Testamento usa expresiones aludiendo a esta preparación necesaria en sus lectores como “miren, estén listos, prepárense, velen, estén sobrios, ciñan sus lomos, esperen, conozcan la temporada”, entre otras. Una y otra vez la exhortación es que no podemos menospreciar la necesidad de estar listos para el tiempo más intenso de la historia. Y no sé si alguna vez te has detenido a pensar que podríamos haber nacido en otra época, pero Dios en su soberanía, cuando nos creó nos pensó para esta hora. 

 

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¡Para esta hora hemos llegado! (Ester 4:14)

 

 

 

Desde el principio, en cada etapa de la historia hubo personas que respondieron al llamado de dar a luz en sociedad con Dios y sus planes. Cada uno de ellos son ahora una gran nube de testigos que esperan que nosotros corramos el tramo final de la carrera y que finalicemos la edificación que por siglos viene llevándose a cabo. Por eso, en estas tres semanas, ayunaremos con el propósito de prepararnos en cuerpo, alma y espíritu (1 Ts. 5:23) para responder a las expectativas que hay sobre esta generación.

 

Estaremos enfocados en lo que Jesús profetizó en Marcos 2:20: “Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán”. No clamaremos por algo, sino por Alguien. Jesús asoció el ayuno con estar de luto (Mt. 9:15). Hay una generación que al ayunar está diciendo: “Estamos de luto porque nuestro Amado no está entre nosotros físicamente. No estamos conformes con verlo en parte ni con el estado actual de las cosas. Y sabemos que el único que puede erradicar el pecado y traer justicia perdurable es Jesús viniendo a establecer su Reino (Dn. 9:24)”.

Este ayuno será también una preparación espiritual para el congreso INTIMIDAD CON EL AMADO, entendiendo que esta convocatoria sellará este tiempo provocando un momento como el de Hechos 13. Juntos ministraremos al Señor, y el Espíritu Santo nos marcará para que entendamos qué generación somos y para que ocupemos nuestro lugar en el plan. Estas serán tres direcciones claves de este ayuno:

 

• PREPARACIÓN: Despertarnos y prepararnos para los últimos tiempos y las dinámicas previas al regreso de Cristo. 

 

• REVELACIÓN: Crecer en revelación de la Persona de Cristo y su plan para los últimos tiempos.

 

• ACCIÓN: Ocupar nuestro lugar de sacerdotes, adorando e intercediendo juntos en comunidad. Tendremos BETANIA los siete días de la semana, donde nos uniremos con el Gran Intercesor para contender por las profecías para estos tiempos.

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Los horarios en los que el cuarto de oración estará funcionando durante estos veintiún días serán los siguientes:

 

• Lunes a jueves de 9AM a 1PM

• Viernes las 24 horas (desde el viernes 8AM al sábado 8AM)

• Sábados de 5 a 7PM

• Domingos de 3 a 5PM (solo online)​

*Horario Argentina

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IDEAS DE TIPOS DE AYUNO 

Antes de mencionar los tipos de ayuno, es importante mencionar por qué es importante esta disciplina espiritual. Primero, es necesario decir que Jesús, en el sermón del monte, dio por sentado que lo haríamos (Mt. 6:16-18).

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El ayuno provoca muchas cosas en nuestro ser integral. Aquí se describen algunos de sus beneficios:

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• Transforma el hambre natural en hambre espiritual

• Debilita la carne y fortalece el espíritu

• Cultiva nuestro dominio propio. Quien puede dominarse con las comidas y decirle que no a los alimentos, se prepara para decirle que no a cualquier cosa

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Los primeros cinco días del ayuno son los más difíciles. Nos sentimos débiles, con deseos de abandonar y convencidos de que no lo lograremos. Pero si perseveramos, con el pasar de los días empezaremos notar cómo ganamos lucidez mental, nos sentimos más despiertos y con los sentidos espirituales más sensibles.

Por todo esto, cuando de prepararnos se trata, el ayuno es un arma que no puede quedar fuera de la ecuación. Para la Iglesia de los últimos tiempos, esta disciplina no será una opción, sino una necesidad.

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AYUNO DE COMIDA:

 

• Ayuno de algunas comidas o alimentos específicos: Se puede ayunar de una o más comidas al día o de alimentos puntuales que te gustan mucho.

 

• Ayuno de Daniel: Este tipo de ayuno es con vegetales, legumbres, frutas y verduras. (evitando principalmente lácteos, carnes y harinas).

 

• Ayuno con líquidos: El ayuno con jugos de vegetales y frutas permite adquirir suficiente energía para poder prolongarlo en días. Si tienes problemas de salud, es necesario consultar con un médico antes de empezar este tipo de ayuno. Solo aconsejamos este ayuno a personas que específicamente reciban de Dios hacerlo, de lo contrario, te debilitará para el propósito espiritual de preparación, revelación y acción.

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DISTRACCIONES:

 

Este es un tiempo clave para deshacernos de todo lo que nos distrae o desenfoca. Por eso, al ayuno de comida
podemos agregarle abstenernos de redes sociales, series o películas  u otras distracciones.

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El propósito no es solo abstenernos de algunos alimentos o distracciones, sino hacer espacio para
orar y llenarnos de su Palabra.

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PLACERES:

 

Estos veintiún días son una oportunidad para también dar, como una ofrenda al Señor, hobbies o actividades
que amamos practicar.

 

Cualquiera sea el tipo de ayuno que elijas, recomendamos “apagar” todo lo que pueda ser una distracción, y tomar

tiempos para orar y leer la Palabra. Seamos conscientes de que siempre que nos dispongamos a buscar a Dios

habrá oposición, y podrán surgir cosas que nos quieran hacer desistir. 

Con respecto a los niños, podemos invitarlos a que puedan sumarse y, si quieren ayunar, pueden abstenerse de

tiempos de mirar la televisión, de utilizar dispositivos electrónicos, de ingerir golosinas u otras actividades, para

invertir ese tiempo en orar junto a ellos. NO es recomendable restringir comidas o grupos alimenticios en ellos.

Como familia de MISION proporcionaremos recursos, como guías de oración, que nos facilitarán estar unidos en

una misma dirección y meditar en su Palabra por cada punto por el cual estaremos clamando. Como ya

mencionamos, también tendremos nuestro cuarto de oración Betania de manera presencial y online (a través de

nuestro canal de YouTube, MiSion CEM), que te ayudarán a estar informado y preparado para involucrarte en esta

convocatoria del Espíritu.

 

(Más allá del tipo de ayuno que elijas, recomendamos consultar a tu médico de cabecera o profesional de la

nutrición, si la modalidad elegida es adecuada para tu estado físico.)

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IDEAS DE CÓMO ORGANIZAR TU AYUNO

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• Elige cuáles son los alimentos de los cuales te abstendrás. Aquí dos ejemplos:

  • Ayunar todos los días de alimentos sólidos hasta las 18hs, y luego de este horario comer normal hasta
    irnos a acostar. Esto repetirlo los 21 días.

  • Ayuno de Daniel durante los 21 días completos.

 

• Define qué distracciones y placeres apagarás durante estas tres semanas (ejemplo): dejar redes sociales, no
  mirar series o películas o entretenimiento por el estilo, durante el ayuno.

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• Establece qué pasajes bíblicos serán tu meditación (por ejemplo, el libro de Rut y Ester, el sermón del monte –
  Mateo 5-7, Mateo 24 y 25, Apocalipsis, Isaías 24-27, Jeremías 30-33, Salmos 73-83, etc.).

 

• Elige un libro que te edifique para leerlo y, en lo posible, terminarlo durante estos veintiún días.

 

• Descarga la guía diaria de intercesión que estaremos compartiendo a través del canal de YouTube de MISion,
  en la transmisión de Betania. Toma tu rol sacerdotal y contiende por cada uno de estos temas.

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